La Responsabilidad Social perfila un nuevo modelo de empresa líder que responde a las actuales demandas de la sociedad.
Demandas sociales hay muchas y están recogidas en todos los paneles de indicadores de todos los protocolos que se derivan del Pacto Global. En nuestras comunidades locales en donde están asentadas las empresas, existen personas con bajos niveles de empleabilidad, que generan demandas específicas de empleo.
Responder a esas demandas, incluir la preocupación social, colaborar a la cohesión social constituyen el pilar social de la Responsabilidad Social de las Empresas de Inserción.
Los bajos niveles de empleabilidad lleva a las personas a tener un déficit de productividad que les hace ir cayendo en la exclusión. Exclusión que nos habla de tantas situaciones que no nacen solamente de debilidades o incapacidades de origen individual, sino que son también efectos de las mutaciones económicas, sociales y tecnológicas que conoce nuestra sociedad y que presentan por tanto un carácter estructural. No son los excluidos los que dan muestra de mala voluntad, sino que es la falta de capacidad de nuestra sociedad para compartir el empleo, los recursos y los status lo que genera la exclusión y la pobreza. Esta causa de exclusión que es el déficit de productividad, en la mayoría de las situaciones es solo transitoria y tenemos que hacer que así sea.
Cuando estas personas con su vida más o menos desestructurada y en riesgo de exclusión se acercan al mundo laboral se encuentran con empresas que no se adecuan a su situación personal. Prestar atención a las expectativas de empleo de estas personas es abordar la exclusión social con valores y respuestas al margen de la asistencia social, es colaborar a la cohesión social, es colaborar a la inserción social por el trabajo, es tener empresas para la inserción social, es ejercer la Responsabilidad Social parte de la empresa que lo hace. Es entender la empresa como ciudadano activo interesada por los intereses de la comunidad en donde actúa.
Algunas entidades sociales que trabajan con estos conciudadanos con baja empleabilidad, en sus itinerarios personales de inserción han creado estructuras empresariales de empleo, las Empresas de Inserción para atender esas demandas. Estas entidades sociales aseguran que las empresas por ellas creadas entienden su función como “servicio social” y no esperan que todas las empresas del entorno lo entiendan así, pero sí que las empresas y las Empresas de Inserción protagonicen cambios y que estos cambios lleven:
- A entender a las Empresas de Inserción como grupos de interés o stakeholders que interesan a cualquier empresa que desarrolle una estrategia de Responsabilidad Social, a entender a las Empresas de Inserción como instrumentos formales de Responsabilidad Social en el ámbito social
- A un comportamiento activo por parte de las Empresas de Inserción para convertirse en stakeholders de todas las empresas que actúan en el mismo territorio.
Estos cambios tienen que cimentarse en las muchas posibilidades que tienen el diálogo y las alianzas estratégicas en términos de cooperación.
Las entidades sociales promotoras de Empresas de Inserción, los gerentes y directivos, han reflexionado más y son los que han realizado inserción social en el trabajo de las personas con baja empleabilidad. En cualquier otra empresa existe un desconocimiento sobre las posibilidades reales que tienen estas personas, por eso tienen que ser los gerentes y directivos de las Empresas de Inserción los que desarrollen mecanismos de comunicación y sean ellos los que planteen a los directivos de las empresas las principales vías de diálogo y de colaboración que generen la confianza empresarial suficiente para que las Empresas de Inserción puedan ser indicadores de Responsabilidad Social para cualquier empresa.
El subcontratar obras o servicios, el externalizar tareas y el incorporar a su plantilla personas que han trabajado en una Empresa de Inserción pueden ser indicadores de Responsabilidad Social porque con ello están colaborando a que las Empresas de Inserción sean estructuras temporales y de tránsito y que cumplan con ello parte de su función social.
En resumen, las prácticas de Responsabilidad Social así entendidas permiten:
- Aumentar la capacidad productiva de nuestro territorio,
- Frenar la deslocalización de empresas,
- Aumentar el valor añadido de las empresas,
- Aumentar la cohesión social y
- Reducir el gasto público en prestación de servicios sociales.
Firmado:
Mª Asunción García Maynar